depresiones sintomáticas, consecuentes a enfermedades variadas: psicosis; afecciones cerebrales (tumores, meningoencefalitis infecciosas, esclerosis en placas); enfermedades generales (cardíacas, renales, neoplásicas [páncreas], vasculares, hepáticas, etc.); curas de desintoxicación (etílica, barbitúri-ca), así como enfermedades yatró-genas (producidas por el tratamiento indicado por el médico). En la actualidad el tratamiento es bastante eficaz, pero exige una vigilancia estrecha del enfermo para evitar las tendencias suicidas que, a menudo, se acentúan al iniciar la medicación. Los fármacos utilizados pertenecen a las familias de los antidepresivos tricíclicos (como la imipramina) y de los inhibidores de la monoaminooxidasa (iproniacida, fenelzina); la administración de carbonato de litio está especialmente indicada en la fase maníaca de la depresión (v. maniacodepresivo). En depresiones neuróticas ligeras pueden ser eficaces terapéuticas basadas en tranquilizantes benzodia-zepínicos. La psicoterapia tiene poco interés en las formas psicóticas, pero puede emplearse con algunos resultados positivos en las depresiones reactivas.